martes, 30 de septiembre de 2008

¿Se me ha pasado el arroz?

Una amiga me dijo este verano que le recordaba mucho a Carrie Bradshow, de Sexo en Nueva York. La verdad es que me sorprendió bastante que me lo dijera y, no sé bien si porque todas queremos ser Carrie o porque me pudo más la curiosidad de saber qué rasgos de su personalidad se parecían a los míos, decidí volver a ver la serie. Visionada de nuevo, he de decir que me siento bastante identificada con muchas de las situaciones que le ocurren a Carrie. Con Miranda no tengo nada que ver y confieso que hace un par de meses me acerqué peligrosamente a Samantha. Pero, hoy… hoy, soy Charlotte. Y todo se lo debo a una llamada telefónica. La que hice a una amiga del instituto que acaba de ser mamá, como todas mis amigas del instituto que, o han sido madres, están en proceso de serlo o se han casado y están pensando en esa posibilidad para un futuro no muy lejano. El caso es que estábamos hablando de lo bonita que puede llegar a ser la baba de un bebé cuando, de repente, dijo: “¿Y tú? ¡Qué se te va a pasar el arroz!”… Y ahí quedó la frase… suspendida en el aire.

La gente debería pensar seriamente las preguntas que formula y, especialmente, a quien se las formula porque, a una persona como yo, cuyo deporte favorito es pensar demasiado, el lanzar una cuestión así puede traer como consecuencia toda una noche de insomnio… Y así estuve, hasta las tres de la madruga… cuando recordé un episodio de Sexo en Nueva York en el que Charlotte, histérica, gritaba: “llevo saliendo con chicos desde los 15 años… ¡¿dónde está?!” y otro, de Friends, en el que Rachel celebraba su 30 cumpleaños y hacía una lista de la cosas que aún le quedaban por hacer y, se da cuenta de que, dentro de su planning de vida, tendría que haber conocido al hombre de sus sueños hacía un año…

Así que, entre pensamiento y pensamiento, llegué a la conclusión de que, a mí, se me había pasado el arroz hasta para conocer a la persona adecuada. Pero también pensé que, sí así era, podría convertirme en la tía enrollada de mis sobrinos, en la amiga de mamá, en una buena diseñadora, en una bailaora aficionada de flamenco… en tantas cosas… Entonces me dormí. Y volví a ser Carrie. Otra vez.

martes, 16 de septiembre de 2008

Siempre me gustó escribir...


Lo dejé claro en el colegio y en el instituto en los que gané algún premio que otro. Cada vez que en clase de Lengua nos mandaban una redacción de deberes a mí me hacían los ojos chiribitas y deseaba que me sacaran al día siguiente para leerla. Las palabras y las ideas salían solas y en cuestión de 15 minutos podía tener redactado un folio por delante y por detrás con mi letra que no era grande precisamente…
Mis compañeros, mis amigos, mis conocidos…Todos me veían en una carrera como Periodismo y a alguno que otro aún le cuesta recordar que en realidad mi formación se movió por los derroteros de la Economía…La Economía....Con el comienzo de la Universidad todo cambió tanto y sin darme cuenta dejé de leer como antes y sobre todo de escribir…Yo escribía un montón!!! Hace unos años que me di cuenta de que había perdido fluidez y sobre todo de que no había progresado en mi vocabulario…Me había quedado ahí…Estancá!!! Así que me propuse mejorar ese aspecto tan depreciado de mi vida y aunque me haya costado,al final he cedido a la tentación que me puso Afterimago encima de la mesa un buen día y aquí lo tenemos…Un blog!!! El nombre es de su cosecha y cada vez me gusta más porque al fin y al cabo eso es lo que va a suceder…Vamos a compartir cosas que son nuestras en el presente…En el futuro de
amig@s...

domingo, 14 de septiembre de 2008

Despertar del letargo


Hay instantes en la vida de una persona que resultan decisivos y cambian por completo su mundo o la percepción que hasta entonces tenía de él. En la mayor parte de los casos esos instantes suelen estar producidos por pequeñas cosas, cosas que pueden resultar insignificantes para quien las mire desde fuera pero que, desde dentro, resultan ser ese sutil soplo de aire que hace que las alas de la mariposa comiencen a producir su efecto.
Para mí ese instante, ese soplo de aire fresco, llegó un viernes por la noche, disfrazado de desconocido… y me despertó del letargo...

No volví a ver al desconocido y creo que nunca más lo volveré a ver, aunque de vez en cuando me llegan ecos de su vida. Sin embargo, unos días más tarde decidí escribir las líneas que acabas de leer, más que nada porque rondaban mi cabeza a modo de reflexiones y sentí la necesidad de darles forma en un papel. De vez en cuando vuelvo a ellas, para recordar que nunca debo olvidar lo que ese momento supuso para mí. A Pale Blonde le gustaron y me propuso abrir un blog en el que poder expresar libremente todo aquello que estaba en nuestro interior y que, por algún motivo, qusieramos compartir con vosotros. Y aquí está el resultado... algunas cosas que llamamos nuestras... y que ahora compartimos con vosotros... como una caja de papel blanco que, despacio, se desgarra y se abre...